¡Hola de nuevo! Os estaréis preguntando si acaso soy Willy Fogg o de la familia, pero no. Es lo que tiene estrenar un blog en verano. Además, por lo poco que conozco a mi amatxu, sólo le hace falta que le propongan ir por ahí, para que esté haciendo listas de qué cosas llevar y se ponga a preparar la maleta con mil "porsiacasos". Asi que creo que más bien es buena suerte, haber disfrutado de mi primer viaje en avión justo al día siguiente de cumplir 4 mesecitos. Sí, sí, el día de San Miguel, santo de mi aitite y de mi tío, nos fuimos a Fuerteventura.
En la foto de arriba me podéis ver en el avión de ida con aitatxu.
Que qué hicimos en Fuerteventura; pues nada vida relajadita como los "jubiletas": tempranito a la playa, comer pronto, siesta, playa de nuevo, cena y dormir; y así todos los días (o casi). Creo que a mi aita sí que le han venido bien ese tipo de vacaciones.
Por cierto, las playas de Jandía muy chulas y como era octubre, con muy poquita gente. Lo de que hace viento en la isla debe ser en verano, porque ahora se estaba de madre. Y no os preocupéis, que no hemos estado torrándonos al sol, porque siempre llevábamos el igloo de Quéchua (¡qué invento, 2 segundos y listo!, ahora para recogerlo, ya se tarda un poco más, si no que se lo pregunten a mi aita).
Para acabar, os voy a enseñar una de las fotos en el avión de vuelta. Mis aitas dicen que parezco una marquesita, no sé por qué. A mi me parece que parezco más una pasajera del vuelo 815 de Oceanic (!toma guiño friki que acabo de meter, tito Juan!)
En la foto de arriba me podéis ver en el avión de ida con aitatxu.
Que qué hicimos en Fuerteventura; pues nada vida relajadita como los "jubiletas": tempranito a la playa, comer pronto, siesta, playa de nuevo, cena y dormir; y así todos los días (o casi). Creo que a mi aita sí que le han venido bien ese tipo de vacaciones.
Por cierto, las playas de Jandía muy chulas y como era octubre, con muy poquita gente. Lo de que hace viento en la isla debe ser en verano, porque ahora se estaba de madre. Y no os preocupéis, que no hemos estado torrándonos al sol, porque siempre llevábamos el igloo de Quéchua (¡qué invento, 2 segundos y listo!, ahora para recogerlo, ya se tarda un poco más, si no que se lo pregunten a mi aita).
Para acabar, os voy a enseñar una de las fotos en el avión de vuelta. Mis aitas dicen que parezco una marquesita, no sé por qué. A mi me parece que parezco más una pasajera del vuelo 815 de Oceanic (!toma guiño friki que acabo de meter, tito Juan!)