Todo empezó el día de Santo Tomás: Aita, ama y yo bajamos a Bilbao a "oler y saborear" el ambientillo que había por el Casco Viejo y el Arenal. Por cierto, muy agradable. Amatxu ya llevaba la idea de comprarme un vestido de baserritarra (o aldeanita), y después de mucho dudar, se decidió por uno muy bonito. Enseguida lo veréis en las fotos.
Esa noche mis aitas se hicieron para cenar talo, chorizo, urdi o panceta y unos huevitos fritos. La verdad es que todo aquello desprendía un olor increíble, pero no lo probé. Yo, cereales.
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El 24 (Nochebuena) mis primos, Naia y Yelco, y yo hicimos el recorrido con el Olentzero desde San Antonio hasta Etxebarri, pero yo no me pude quedar a saludarle porque tenía que comer. A ellos les regaló un libro a cada uno. Después por la noche, cenamos en casa de Amama Pili y me lo pasé muy bien. Me costó un poquito más de lo normal dormirme, pero es que yo también quería estar de fiesta.
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Los días fueron pasando y los regalos fueron llegando. El Tito Juan estaba muy ilusionado, ya que el Olentzero le había dejado en su casa. En la siguiente foto podéis verme abriéndolo y a él mirándome atentamente. Yo me lo pasé bomba rompiendo papeles, pero creo que Juan también de verme tan contenta.
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Que qué me regaló. Pues aparte de una buena "inyección" monetaria, un mini Chewaka.
Para los que no sois muy "freakies" y no lo conocéis:
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Para terminar, deciros que mis primeras navidades estuvieron muy bien con los amigos, la familia y los regalitos.
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