lunes, 14 de diciembre de 2009

¡CUÁNTOS CAMBIOS!


Pues sí, pues sí. Todo empezó el 24 de Octubre. Ese día (por fin) bajamos a Bilbao y, según me desperté de mi minisiesta mañanera, entramos a la farmacia donde se me presentó un chico llamado David. Tendría la edad de mis aitas aprox. Me dijo que me iba a poner los pendientes pero que estuviera tranquila. Tras esto, mis aitas eligieron unas bolitas muy monas.
¡Ay! Con el primer agujero lloré un poquito solo. Pero, ¡oh! según me calmé, "¡pumba!", el segundo. Estuve algo disgustada mientras amatxu pagaba. Aitatxu me llevó en brazos y me dio unos pocos mimitos. Pero no fue para tanto, pues al salir de la farmacia, ya no lloraba.
Arriba podéis ver una foto que certifica lo dicho anteriormente (problemilla: no se me ven los pendientes, pero los tengo):

Otro cambio importante en mi corta vida ha sido empezar a comer frutas, primero, y verduritas (añadiéndoles carne, pavo o pollo) después. Es que los bibes ya eran un poco monotema. Según dice la gente que me conoce, soy una máquina, ya que no hago ascos a nada.






Por cierto, ¿a que nos os imaginábais al Tito Juan dándome un bibe? ¡Pues aquí está la primicia! Quién lo iba a decir, ¿eh? Si es que soy su niña favorita.
Casualmente, ese mismo día nació un ratito después mi amiga Izaro. ¡A ver si os la presento!


No sé si estoy aburriéndoos, pero todavía me falta algo de contaros. Pues nada, que también he probado lo que es ir a una piscina. Que qué hago allí, simplemente jugar con mis aitas y relajarnos. Tras esto, una duchita, pijamita y a casa rápidamente. Después, la cenita y a dormir como una marquesa.




Como véis, me había pasado mis primeros 4 meses más tranquilita, pero parece que empieza el movimiento y el experimentar/probar cosas nuevas.


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